Donde estas, que no te veo

14:39:00

Han pasado 5 meses desde que me diagnosticaron cáncer de mama. Han sido meses  de locura, de pruebas, de entradas y salidas al hospital, pinchazos... en definitiva una vida que no corresponde a  la de una chica de 28 años que debería  estar a tope disfrutando de todo.

Ahora que tengo un parón hospitalario hasta que me den los resultados del bicho, me puse a ojear fotos de hace un año. Las observo y lo más evidente es el cambio físico. Si, ahora mismo soy como un Lego. Me monto por piezas. 



Pero el cambio más brutal es el personal, menos evidente a priori para los demás aunque para mi el más importante sin duda.
Viendo las fotos, las observo y no me reconozco. Ya no soy la misma. No es que antes fuese mejor y ahora peor, o viceversa. Simplemente  todo es distinto.
Los miedos han cambiado de bando, los sueños tienen otro camino, el tiempo se mide con otro reloj...

Esto me recuerda a un blog al que sigo y enserio que os lo recomiendo muchisimo:  hay que ser fan de lo que hay. En una de las entradas donde la autora del blog habla de sus héroes contra el cáncer, habla de la experiencia de Lance Amstrong. Ciclista  que tras a ver superado un cáncer, no solamente es capaz de ganar 7 tours (que es la leche) sino que lo hace drogándose hasta las trancas para conseguirlo. Como comenta Rosa Lombas, a mi también me encanta esa actitud de " no amedrentarse ante el susto del cáncer y salir a por más como si nada" 

Desde que empece esta aventura, he pasado de ser una inconsciente de querer tomar riesgos a que mi mayor locura sea salir de casa un minuto sin  pañuelo echado al cuello y volver corriendo ( miento, andando que correr es too much para mi) por miedo a coger un resfriado que desemboque es una pulmonía que me deje bajo mínimos.
Y es eso lo que no quiero, no quiero vivir  con " y si..." o con el miedo a que el cáncer vuelva.

Cuando miro las fotos veo a la chica que salía sin preocupaciones, como comenta Rosa Lombas con esa inconsciencia juvenil, la que se echaba farras hasta que se fuese el último o la que decía a mi no me hace falta mucho para liarme. La que iba a festivales sin preocuparse de que la multitud le contagiase cualquier virus que  fuese letal. 

Ahora que mi vida se parece más a una señora de 80 años en todos los aspectos, si ya se que es lo que toca. Hecho en falta un poco de vida normal. Que si que esta genial cuidarse y reinventarse y cambiar el punto de enfoque.
Pero lo que no quiero, cuando todo esto termine ( que estoy segura que terminara) es enfrentarme a mi nueva vida con más preocupaciones que nunca, sin poderla disfrutar a tope. Como se hacen las cosas que realmente merecen la pena. Exprimirlas hasta sacarle todo el jugo.




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