Todos sabemos que la quimioterapia "mata" todo, tanto lo bueno como lo malo ( así de maja es). De ahí mi relación de amor-odio que mantengo con ella.

Cuando te diagnostican cáncer mama con menos de 30 años , una ya se supone que "el chute" no va a ser ligero, sino todo lo contrario. Así me lo confirmo mi oncóloga en la primera consulta: " eres joven y hay que ir a por todas"

Por lo que así ha sido, en un principio me pusieron un tratamiento bastante potente de 7 sesiones de quimioterapia cada 21 días. 

Una de las primeras cosas en las que pensé, fue:¿como de potente va a ser?

En ese momento te haces un poco, bueno bastante caquita encima. Si ya de por si tu vida se para en seco, de golpe, lo que yo no quería era sufrir unos efectos secundarios tan heavys que te hagan desear  antes el apocalipsis zombie que sufrirlos. Lo que quieres realmente es poder llevar una vida mas o menos normal ¡Que ilusa!

Es entonces cuando te dan una lista interminable de efectos secundarios ( los mas típicos, es decir puede pasarte cualquier cosa, como que te crezca una tercera teta y  sera lo más normal) vómitos, diarreas, dolores musculares, yagas en la boca y etc, etc, etc.

Y llega el día de la primera sesión. Es una mezcla entre ganas por empezar ( vamos acabar con este maldito bicho) y una incertidumbre con mezcla de nervios  por lo que te viene encima. El no saber como te va afectar la quimio. 

Mi experiencia, por suerte ha sido llevadera. ¡ Si, termine con la quimio! Mi cuerpo ha respondiendo bien y la respuesta a sido buena. Fulminamos al ganglio en la primera sesión y el tumor ha reducido muchísimo. De  medir 7 cm ( Que locura, verdad?), ahora tiene un tamaño de 1 cm. ¡Es increíble! Por eso y porque no me ha dado mucha guerra , la quiero y la odio a partes iguales.

No he tenido ni vómitos, ni nauseas, cansancio y agotamiento son mis dos apellidos, sofocos y jaquecas mis primas hermanas. Por lo demás quitando alguna cosa más y viendo como algunos compis les daban "el chute" en cama, lo mio ha sido un camino de rosas.

Han sido finalmente 6 sesiones, cada una de ellas de 6 horas. Quitando la primera que fue de 3 horas y media. Después tuve una reacción alérgica y tuvieron que dosificar la dosis administrándola más despacio. 

Eso de la perdida de apetito en mi caso, no se ni lo que ha sido eso. He comido de todo, incrementando bastante las piezas de fruta y verduras. ¡ El brocoli es Dios!

He dejado de fumar, nada de alcohol y con los cuidados extras de la piel, muchísima hidratación por fuera y por dentro, han hecho que mi piel luzca mejor que nunca. 

Una de las cosas positivas  que te da el cáncer, es darte cuenta de la importancia de cuidarte y de quererse, de quererse bien. Dejar lastre en el camino y quedarse con lo que a uno le hace sentirse bien. Escuchar a nuestro cuerpo, es sabio. Hay veces que hay que frenar, parar y dejar de lado todo aquello que no nos aporta nada. Ya me ha salido el lado moñas. Pero es verdad, el punto de vista cambia radicalmente.

Ahora que he terminado con el tratamiento de quimioterapia y estamos con todas las pruebas de cara a la operación, me doy cuenta lo rápido que ha pasado todo. O me lo parece a mi, que a veces soy un poco Dory.  Quizás los que han estado a mi alrededor no opinan lo mismo. Aguantar a un enfermo y mas que nada aguantarme a mi con el carácter que tengo, no lo pongo nada fácil. Humor si, pero cascarabias soy un rato largo. Más de uno al leer esto lo estará confirmando asentando con la cabeza. 

Poco a poco vamos dando pasos, Dentro de unos días toca otra etapa de la enfermedad: La operación. Eso de que me suministren drogas gratis no esta del todo mal. Los efectos de la anestesia molan. Aunque todo hay que decirlo, de vez en cuando me entra un poco de canguelo, Pero bueno, que todo sea eso. 

Super recomendación del día. Un cómic super divertido que habla de una experiencia real del cáncer de mama: 

Los Castigaos podría ser un western de Clint Eastwood o mejor aún la última película de Tarantino protagonizada por el pivón de Uma Thruman. Pero lamentablemente no es así. 

Durante la última sesión  de quimioterapia, tuve la oportunidad de conocer a una superheroina. Una de esas personas que llevan luchando con el cáncer tres años ( y no que el mejor de los pronósticos) y te cuentan historias con la mejor de sus sonrisas. Mis "chutes" han sido largos, de 6 horas, por lo que me ha dado tiempo en cada una de ellas a entablar conversaciones con mis compis de batalla. Con la última, vamos a llamarle Rosa, a parte de contarnos parte de nuestras vidas me hablo de "Los Castigaos". 

Yo con su permiso me he tomado la licencia de  bautizarlos así. Son esas personas, que en momentos  difíciles desaparecen, o hacen como si nada pásese o mejor aún te tratan como si fuese un costipado quitandole importancia.

Ella me contaba que durante su enfermedad algunas  de las personas que se encontraban  a su alrededor (personas cercanas) no le hacían sentir bien, que eran incapaces de preguntar que tal se encontraba (que pregunta tan sencilla y fácil para que otra persona se sienta querida) de llamar por teléfono e incluso algunas directamente pareciese que se las había tragado la tierra . Rosa me contaba que no estaba dispuesta a senitrse mal y triste porque  hubiese un tanto porciento pequeño de su entorno que  no se preocupase por ella. Por lo que había decidido castigar a esas personas haciendo caso omiso, ellos se lo pierden me dijo. Supongo que durante esos 3 años a uno le sirven para tomar perspectiva y lo que antes te hacía sentir mal le das la vuelta y le pones humor al asunto. 

Cuando te diagnostican cáncer con menos de 30 años en una de las cosas que pensé fue: La quimio me va a dejar bastante jodida y tan joven. Venas quemadas, y en mi caso, un brazo casi inútil por el tema del ganglio afectado. Lo tengo que  cuidar como si fuese de porcelana palabras textuales de mi oncóloga, ni tomar la tensión, ni extarcción de sangre, ni tatuajes, ni si quiera pulseras... de por vida.

Si un brazo está "pichi-pacha" y el otro va en proceso de estarlo, pues estamos apañados.

Enseguida me hablaron del PICC (Catéter Central insertado periféricamente) hablando claro un tubo que va por una vena central hasta el corazón. Si amigos, si es que lo tengo todo, parece ser que mis venas son de broma y estaba bastante claro que la quimio las iba a dejar en las últimas.

Realmente la idea es brutal. Nada de pinchazos, ni para las analíticas, ni para los tratamientos... Vamos un brazo biónico en toda regla. Es un poco aparatoso si, pero ¿quien no ha jugado de niño a construirse maquinas o accesorios para adptarlos al cuerpo? Lo mio no suena tan guay, se que no os voy a convencer. Pero gracias a ello, tengo mi brazo derecho intacto. Otra cosa ya nose, pero el brazo lo hemos conseguido salvar.